viernes, septiembre 21, 2007


Como se sabe esto de ser madre no es nada facil, uno va aprendiendo a la marcha y hay temas que aunque parecen ser simples son de lo mas sofisticado, temas en los que hay que meditar y tomar decisiones y como todo en la vida uno encuentra infinidades de "expertos" gente que te aconseja como "debes" hacerlo... hablo del sueño de los bebes, del llanto de los bebes, cosas "SIMPLES" ja!!


Por lo tanto, después de larga investigación he creído necesario hacer la siguiente declaración:
Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad Occidental lloren, pero no es cierto que 'sea normal'.


Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre, o el más frecuente, y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.
El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo; en sus expectativas, en su continuum filogenético no está previsto que ese llanto no sea atendido, pues no tienen otro medio de avisar sobre el malestar que sienten ni pueden por sí mismos tomar las medidas para solventarlo.
El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego; por esta razón no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita; el bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca.


El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar: entonces empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico.


Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.
Los padres, aunque nos han educado en la creencia de que 'es normal que los niños lloren' y que 'hay que dejarlos llorar para que se acostumbren', y por ello estamos especialmente insensibilizados para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo.

Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizadas. Por eso los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la ‘administración de la tortura’, pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés cuando hacemos ésto, y nos infligimos a nosotras mismas, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.

En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza: al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado modelos de walkyes talkys especiales para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.
Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, se medicaliza cada vez más la maternidad de las mujeres; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida. Paralelamente las mujeres hemos accedido a un mundo laboral y profesional masculino, hecho por los hombres y para los hombres, y que por tanto excluye la maternidad; por eso la maternidad en la sociedad industrializada ha quedado encerrada en el ámbito privado y doméstico. Sin embargo, durante milenios la mujer ha realizado sus tareas y sus actividades con sus criaturas colgadas de sus cuerpos, como todavía sucede en las sociedades no occidentalizadas.
Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.

También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo: en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.

Por todo lo que he expuesto, quiero expresar mi gran preocupación ante la difusión del método propuesto por el neurólogo E. Estivill en su libro Duérmete Niño (basado a su vez en el método Ferber divulgado en Estados Unidos), para fomentar y ejercitar la tolerancia de los padres al llanto de sus bebés; se trata de un conductismo especialmente radical y especialmente nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.
Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso,tomalo en brazos para sentirlo y sentir lo que está pidiendo; posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues.

Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar... está sufriendo su primera experiencia de sumisión. (Michel Odent)

13 comentarios:

Luna Agua dijo...

Hola andrea: me he venido luego de tu visita a mi blog, realmente han sido muchas lunas sin vernos. Y mira de lo que me entero. Que tienes un bebé.
FELICITACIONES!!!!

Y muchas buenas vibras ...
besos

Svor dijo...

El la forma en la que se expresan, diría yo. No necesariamente tienen malestar... simplemente es la forma de llamar... sino, como seriamos capaces de saber que quieren comunicarse?

Saludos

Daniel de Witt dijo...

Dice mi mamá que cuando yo era un bebé era un llorón insoportable, incapaz de dormir media hora seguida sin conmover la casa con un llanto desgarrador.
Ahora entiendo todo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

wauuuu que interesante lo que escribiste, nunca lo mire desde ese punto, me encanta!!!!
besos!

Anónimo dijo...

wauuuu que interesante lo que escribiste, nunca lo mire desde ese punto, me encanta!!!!
besos!

Azul dijo...

Es increible lo que aprendemos de un ser tan pequeño y hermoso. De todo aquello que puede darnos y de todo aquello que podemos enseñarle...a ser mejores que nosotros ...si cabe.

Bikos!

Opalo dijo...

Felicitaciones por tu maternidad. solo queria decirte que me encanto tu articulo y que tienes toda la razon.

Saludos

Andrea Podesta dijo...

Gracias a todos por compartir esto que para mi es lo mas maravilloso del mundo, a todos ustedes que siempre estan conmigo!!!

Unknown dijo...

Un poquito de paciencia...

A veces lloran aun cuando lo alimentamos, cargamos, bañamos, etc... Evidentemente no habla, asi que depende de nosotros imaginarnos que es lo que le puede estar pasando, tal vez le molesta el pañal, o la etiqueta de su remera, o hay algo que le molesta de su cuna, etc. Hay que ir probando diferntes cosas, hasta encontrar que es lo que necesita. No es facil, ya lo sabemos.

Ojo!!! ante varios intentos fallidos, tal vez sea momento de llevar con un medico.

Anónimo dijo...

A ver si ahora si queda esta m... Besos para Benja y paciencia para Uds... jajaja!!! Te quiero mucho!
Andrea.-

Anónimo dijo...

Saludos de nuevo!!! estoy aprendiendoooooooo

ALEX dijo...

HAY UN LIBRO CORTO DE UNA PEDIATRA CUBANA LLAMADO "ERRORES EN LA CRIANZA DE LOS NIÑOS". ELLA INDICA QUE EL LLANTO COMUNICA MUCHAS COSAS, PERO SIEMPRE SON PROBLEMAS. SENCILLOS O GRAVES. Y ADEMÁS INDICA QUE SE DEBE ENCONTRAR LA SOLUCIÓN AL LLANTO, PERO SIEMPRE CARGANDO AL BEBÉ, ESTANDO CERQUITA.

EBE dijo...

...caramba, que madraza es su mercé.
Cariños, BEA